Crecerá el vacío de su desierto
que continuamente anochece
con los ojos puestos en el infinito
y el baile de sus músculos.
Perder el tiempo
sin un porqué de su angustia
si alguna vez tuviera.
Y que paso hacia delante asoma
sobre otro mal puesto por detrás...
Andar andando,
mordisqueando sus labios
y riendo con su vacío,
vacío que no entiende ni hace de entender.
Le gusta escuchar de otros
para llenar su existencia.
Sus motivos llenos de tonterías y parsimonias
del "debe hacerse". Nada más.
Y una que harta de explicar
los labios resecan las palabras,
gira la cabeza, no dice adiós
y una vez más, la señora, se va.
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