si se hace bien.
ni los malos son tan malos
son las circunstancias
que a veces nos hace volvernos gilipollas.
Y es inherente al ser humano
como el dilema del erizo
querer calor, por tener frio
acercarnos y
herirnos mutuamente.
La eternidad del caos
que jamás tendió a la entropía,
lo esperaba, una vez con claridad
pero nunca me dejaron
Creo que mi problema,
entre otras cosas,
es que soy ese trocito de melancolía vivo
que todo el mundo recuerda de sí mismo
y que quieren volver a tocar.
Ese pedazo de esperanza
de risas, de palabras que quieren oír,
que necesitan oír
esa mano amiga
que desean
pero que no son capaces de mantener.
Y cuando se dan cuenta
de que estoy viva
y que siento,
ya han tocado ese recuerdo de sí mismos
haciendolo tangible
y ya han tenido suficiente.
Y repetir
como una maldición.
Me voy a marchar tan lejos
Que solo os quedará echarme de menos.