viernes, 30 de diciembre de 2011

Y feliz año...

Que Dios diga si de gritar no me valiera,
el no merecer la pena de manos que se alejan
de ojos que nunca miraron
y de palabras que nunca fueron.

Y válgame el Olimpo
cuando muestro los caminos por los que me he ido.
Que si él quiere y yo quiero
no hay cosa que ya no crea fuera de ambos
de nosotros, que no sean sus palabras.

Despídete de todos
con la lengua borrosa y los pulmones quemados.
Ya no existen ni llantos ni risas
de quejas ajenas a ello.

Que se han muerto las cornisas de tu casa
y rióme yo de tus silencios.