domingo, 7 de octubre de 2012

Armadura


Siempre me había considerado una de esas chicas débiles que caen en el enamoramiento, en la imposición de otros, en la vergüenza del decir pero cuando te tratan como una mierda una y otra vez vas cambiando tu punto de vista, empiezas a coger partes de armadura de hierro forjado y pegándotelos a la piel con tu propio sudor, comienzas a hacerte uno con ese metal.
Cada vez los golpes duelen menos, pero la armadura retumba más. Que tengas hierro casi fundido en la piel no significa que por dentro tambbién lo tengas, de hecho los golpes duelen y se quedan resonando como una campana de una iglesia en día de entierro.
Cuando te pones esa vestidura tan incómoda, cuando sientes que tienes demasiadas cicatrices incluso para sonreir y que han sido soldadas con vivo fuego lo que te duele ya no es el mundo, ya no es nada, eres un indolente que ahora sabe parar los golpes con la punta de la nariz.
Y dices no.
No, no y no.
Tu no entras en mi vida, tú estás fuera de la mia.
Pero un dia te cogen con las defensas bajadas, con el culo fuera y te hacen creer que es mejor mirar hacia fuera de la armadura que hacia dentro. Le dejas entrar, permites que mire tu mundo, crees que te entiende y que al fin alguien ha sabido levantar todo ese hierro para tirarlo como chatarra.
Te quedas sin nada, te quedas en pelotas te quedas contigo mismo pensando en que te protegerían.
Pero no.
Un día sin avisar se dan la vuelta, te miran en bolas, te escupen a la cara diciéndote que estás absurdo totalmente en bolas, te pegan una patada y se van.

Y se van.

Dejándote roto, con las manos vacías y con la piel a medio curar.

Te cagas en su vida, en mí por el descuido y en el mundo entero preguntándote por qué por qué y por qué.

Porque te equivocas. Porque todo el mundo lo hace. Porque no ves el futuro. Porque no veías que era un imbécil. Y porque mucha gente lo es y nadie se mete en tus ojos.

Piensas en que la gente que se te acerca no tiene porqué tragar con tus asuntos ni con tu mierda, te abres porque crees que lo merece y una vez más te encuentras con el pecho abierto y con una patada en el corazón.

Como dice Ella, el día que entres en el pozo llegará y no saldrás de ahí jamás. No voy a sacarte NUNCA.

"Sé que la soledad es mala pero creo que hoy la controlo,
me olvidaré de seguir cualquier tipo de protocolo
Como la luna en el cielo, verás que sólo me quedo
solamente con mis penas, solamente con mis miedos
Como la sangre en las venas, como el muerto tras el duelo,
dejaras que aquí me quede con mis dudas y con mis celos
No quise montar escenas, si te sirve de consuelo
pero ya me estaba ahogando con las trenzas de tu pelo

Ay, déjame pa que me quede sólo y a merced del viento,
déjame pa que haga el tonto niña pronto me arrepiento
Déjame que me lo piense más de lo que me lo pienso,
que este mundo para mi solo es suficientemente intenso

No es sencillo, es delicado ya que conozco al dedillo
tu silencio y tus murmullos
Has venido y me has hablado
y ahora yo como un capullo dentro de mi vida te incluyo
Y sustituyo la razones que ayer me dicto mi orgullo
agachando la cabeza, negando que ya soy tuyo
Sin que nadie me lo cuente hace ya tiempo que lo intuyo
y ando loco por la calle reprochándome detalles,
con miedo de que me quieras y con miedo de que me falles

Yo que estaba aquí sentado dando a mi vida sentido,
y has venido y me has hablado, y ahora me siento perdido
No soy más que un desgraciado, no quise armar tanto ruido
Solo siento haber estado demasiado distraído"



Hora Zulú. Con las trenzas de tu pelo

No hay comentarios: