"I need somewhere close, somewhere safe Somewhere I know I know I’ll never live in chains The One Is Now Aware So stay away from me I’m just too young to care"
Dicen que cuando el sol amanece, anochece en la otra parte del mundo.
Desearía que por un momento todos los pájaros de este mundo tuvieran alas y que pudieran saber volar.
Que las cadenas que atan el mañana no fueran más que un hoy un poco incierto, que los yugos que nos sustentan fueran ese peso "además" para subir y escalar esta gran montaña.
Y la meta siempre está más alto, siempre más allá de lo que pensamos, pero no hay que dejarse caer en la ladera.
¿recuerdas esos pasos? ¿recuerdas el caminar pesado del dia a dia? Recuerda que un ave jamás nace sabiendo volar pero lo desea.
Quizás anochece, o simplemente es el comienzo de otro amanecer incierto, de esos que asoman entre las nubes de un dia lluvioso...
Cuentan que en tierras lejanas el sol había cesado de amanecer cada día, que las esquinas de las calles se encontraban vacías. Las casas, cada vez más viejas y roídas por la magnitud del tiempo habían hecho de esas tierras un lugar sombrío, atestado de ratas y plagas de cucarachas que al mismo tiempo eran consumidas por la soledad y el abandono.
Cuenta la leyenda que antes de la gran guerra, los aldeanos del lugar construyeron una gran muralla, para evitar, más que a sí mismos, que sus casas ardieran, se hicieran polvo y arena, y que no quedara nada más que un poco de tierra llena de escombros.
Emigraron, se perdieron en la distancia y dejaron aquel lugar vacío, pensando en regresar cuando ya toda la contienda hubiera terminado. Tontos de todos ellos, que juntos quisieron atravesar las montañas sin esconderse, pues los niños lloraban, los perros ladraban y el hambre y la sed les dejaron doloridos.
Y asi fue como ocurrió la emboscada, miles de hombres llegaron de todas partes y mataron a cada uno de ellos, quemando los cuerpos, llevándose sus ropas y las pocas pertenencias que llevaban encima. Y se hicieron cenizas...
Pasaron los años, décadas o siglos quizás, y aquel lugar que esperaba el regreso seguía vacío y en cada una de las calles podía escucharse la inocencia de aquellos niños que jamás debieron morir, los ecos de las madres al gritar y la lucha de los padres para evitar todo aquello en vano.
Era la tierra del dolor y del llanto que había quedado atrapado entre cuatro paredes, lapidado entre muros de piedra que jamás sirvieron de nada.
Muchos años más tarde, se descubrió que aquel pueblo había sido asesinado por error, mala información, pues creyeron que su huida se debía a parte de su culpabilidad en la contienda, pero ellos, pobres inocentes no hicieron más que escapar de aquello a lo que temían y proteger aquello que tanto querían. No formaban parte de ningún bando, pero los emboscadores así lo creyeron y sin preguntar, sin derecho ninguno, mataron a cada uno de ellos sin dejarles mediar palabra.
Y así es como se terminan estas cosas, en las que a veces los errores hacen culpables a los más inocentes y como el amor por lo material hace proteger todo aquello que queremos en lugar de quien queremos.
[....]
Y entonces un día, una pequeña banda de ladronzuelos llegó...
Qué mania tienen de cargarselo todo como si se les fuera la vida en ello, de entrar en tu vida, despacito casi sin esperarlo y de la mano, poco a poco, te cogen, te aprietan con fuerza, te lo dan todo y cuando abres lo poco que te queda de músculo latiente te pegan con el en la cara como un calcetín sudado.
Y ahora tu qué? ¿qué haces?
te quedas mirando el vacío con ojos llorosos, con rabia entre los dientes y apretando el puño.
No hay nada que joda más que el viento no regrese, que los árboles ya no se muevan, que el vacío resuene en tu caparazón.
Pregúntate que es, quizás dolor, quizás odio, quizás ni lo sabes.
permanece dentro del cuerpo, como esas espinas que se clavan en la piel y lo dejan más que roto, más que hecho polvo
Y del polvo resurgen las cenizas o eso dicen.
Yo ya no creo las palabras de un extraño.
No creo lo que no es, lo que ni se ve ni se siente.
Solo es y se está.
No vengas a darme con tus ojos de esperanza lo que el corazón hiriente muestra.
No vengas a partir en dos lo que anteriormente se hizo uno.
Ya no entiendo nada. Y del doler, duele.
Cuando no era nada, ni nadie
Va por quien estuvo ahí, abrazándome
Cuando el tiempo pase y mi nombre solo sea un recuerdo
Por todos los que me cruce en el camino y me den calor
Ni estabas ni estarás
Dónde estabas tú cuando el dolor se pinto en ocre,
Cuando aquel profesor frustrado me llamo mediocre,
Cuando pedí prestado hasta para un café,
En noches bohemias
Y el DHC trajo brotes de esquizofrenia
Tú no estabas allí sintiendo el hambre
En mis bolsillos cada amanecer
Cerveza y cigarrillos mi único placer
Cuando vi aparecer sombras en el pasillo
Y sufrí insomnio discutiendo con mi ángel, mi demonio.
Y Donde estabas tú en aquel dilema
Si la pena se estratagema
Ante problemas en cadena
Cuando cientos de poemas calmaban la fiebre
De un chaval endeble
Ahora todos quieren fotos junto al celebre
No estabas allí si me, caí me lastime
Mate mi fe cuando se fue mi hermana
Cuando tumbado en mi cama soñé que hacia milagros con un micro
Y nadie me animaba a conseguirlo.
Dime donde estabas cuando la ansiedad me ahogaba,
Cuando cada pensamiento provocada arcadas
Y temblaba cada poro de mi piel
Sin nadie que me abrazara y me dijera
Tranquilo todo irá bien.
Tú no estuviste allí,
No viste, mi mitad triste, Ni mis despistes
No fuiste muro contra los embistes
Del desprecio del cansancio del prejuicio
Hoy tan solo me ampara mi sacrificio.
En aquel dolor, en aquel frio,
En aquel temor, aquel vacio
En aquel amor cuando era crio
En aquella llama que se apagaba
Va por quien ofreció su hombro como almohada.
En aquel dolor, en aquel frio,
En aquel temor, aquel vacio
En aquel rencor hacia algo mío
En aquella amistad que se alejaba
Va por quien estuvo y a cambio no vivió nada.
Donde estarás tu cuando el futuro se tiña en negro
Y llore recordando los triunfos que hoy celebro
Creedlo es normal que no me crezca
Si me llaman dios
Cuando mi rap no les convenza me dirá adiós
Y estaré solo, mirando al pasado
Con gesto cansado
Contento y realizado
Sabiendo que lo di todo
Cuando se apaguen los focos, Se cierre el telón
Cuando solo sea otro loco en mi salón
Sin inspiración
No estarás allí
No serás bálsamo del mal sabor
De mi temor a hacerme viejo
Cuando el espejo sacuda cada arruga en mi cara desnuda
Y ante las dudas tu ternura
Nunca Acuda como ayuda
Donde estarás tú
Cuando todos me olviden
Cuando No consiga darles lo que piden y se giren
Cuando sea un hombre solitario
Suplicando afecto
Y recuerde el escenario como aquel lugar perfecto.
No estarás allí
En mis horas flojas
Tampoco estas hojas
Tampoco esta fama que me sonroja
Si el tiempo me despoja de quien quiero
Espero espabilar
Y remontar certero el vuelo como un águila
Y es que a mi lado nunca has estado
Si fui atrapado, por mis fantasmas del pasado
En aquel dolor aquella espera
Ni estuviste ni estarás
Cuando nací ni cuando muera.
Cuando llegue el dolor, y llegue el frio,
Cuando llegue el temor, llegue el vacio
Y el desamor fluya en mi rio
Cuando el éxito me gire la mirada
Va por quien me dé su hombro como almohada.
Cuando llegue el dolor, y llegue el frio,
Cuando llegue el temor, llegue el vacio
Y oiga el silencio del gentío
Cuando el olvido acaricie cada pisada
Va por quien este y a cambio no pida nada.
Dicen que a través de las palabras
El dolor se hace más tangible
Que podemos mirarlo como a una criatura oscura
Tanto mas ajena a nosotros
Cuando más cerca la sentimos.