Tengo una explosión de silencio
donde la mayoría de las palabras
caen como arena entre mis dedos.
Tengo los ojos llenos de llanto
y el alma de angustia temprana.
Que poco a poco caen
cada una de las alegrías
como gotas del rocío en la mañana.
Y me susurra el viento
que esta piedra es más pesada cada día
más arduo el camino
y más dolorosa la espera.
Un paso adelante
solo consigo un poco de aire
y me ahoga el agua
pues a mi no me enseñaron a nadar.
Pregunto y nadie responde
es el eco de la montaña lejana
el pesar de los segundos en la espalda
el ya no saber....
el ya no saber de nada.
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