lunes, 9 de septiembre de 2013

Se me ha pasado el tiempo

Había llegado con su flamante traje de doctor de los años 20.
Ni un gesto, ni una palabra, solamente las que precisaba para oscultar al paciente. No se cómo lo hice pero acabó siendo mi amigo, incluso, en ocasiones me contaba cosas.
Meses después, sin comerlo ni beberlo me dijo que había regresado a los 90, se cambió la bata y desapareció.
Ojiplático me quedé tras ver eso, la cuestión, es que no era la primera vez que me pasaba y a los cinco minutos estaba buscando un doctor nuevo.

 

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