El viento vuelve a traerse
con el mar y la tormenta,
un fuego intenso
y una tierra embarrada.
Siempre a la espera.
Soy un estado independiente
el éter de mi vida
y el elemento minúsculo del todo.
Cerrar los ojos en medio del salón
con una tranquilidad impuesta por el tiempo
por la paciencia,
por el estar...
Se acaban de abrir ventanas,
puertas, armarios,
dentro un huracán
y yo, su centro maldito.
Ya era hora de soltar amarras
y volver al mar.
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