martes, 6 de agosto de 2013

La circularidad del tiempo.


Algunas veces pensé en deformar la realidad en círculos concéntricos, una manera sublime de entender el vicio por el todo, haciendo solo uno las ventanas por las que poder mirar lo invisible.
Quizás se me estuviera aplastando el tiempo, dejando que el segundero emita sonidos de un "tac tic" extraño difícilmente comprensible para el oído humano.
Hablamos de existencia, la reminiscencia de lo posible y lo imposible, entre uno y otro, el pequeño detalle que existe en el complejo del todo.
Y haciendo con una lágrima el camino me aventuré a mirar atrás sin desplazar el cuerpo, un simple recuerdo de las cosas que no existen en un hoy que se me hace tardío.
Veo árboles moverse entre las sombras de un camino que no es mio, o quizás sí, fotografías borrosas, sonidos estridentes de gritos en la gravedad de un día cualquiera.
Si todo fuera lineal, la circularidad del tiempo no existiría, o quizás su misma circularidad hace que sea la línea.
Sigo preguntándome sin una respuesta coherente, que trasciende lo puramente banal.
Y me miro perplejo ante la sombra alargada de mi propio cuerpo.
Ayer no era hoy a la misma hora y puede que tampoco sea mañana.


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