sábado, 24 de agosto de 2013

El rey ha perdido la cabeza.



Mel, rey de la Península de Narcis, una de las más grandes que existían en el planeta, se encontraba triste, habían mandado a las mejores mujeres del reino, vírgenes, para complacerle, pero nunca se sentía satisfecho. Cuando terminaba de hacer el amor con ellas siempre le decía a sus guardias:
- ¡Que le corten la cabeza!
También, habían traído a los mejores cocineros, pavos asados, codornices escalfadas, cervezas importadas. Un gran manjar. Pero los cocineros tras una semana en el castillo:
- ¡Que le corten la cabeza!
Además, cada día, un bufón nuevo aparecía en la corte. Pero como ya era de esperar... "un bufón nuevo cada día"
Mel, poseía el mejor ejército del mundo, sus tropas milenarias llevaban años luchando en la frontera, y esta vez los Josinos habían ganado terreno.
El rey dijo:
- ¡Que les corten la cabeza!
Así poco a poco, fue quedándose solo y los Josinos llegaron al sur de Narcis, sitiando el castillo.
Fredo, rey de Jóseo, entró en palacio, no había nadie ni habían opuesto resistencia. Los guardias no estaban. Prosiguió hasta el salón de celebraciones, y ahí podía verse a un rey alicaído, medio desnudo y rodeado de hombres degollados.
Mel, medio loco, aturdido y sin mediar palabra, solamente emitía balbuceos incomprensibles, miraba a un punto fijo y se le caía la baba.
Fredo avanzó hasta él, con un espacio suficiente para que no pudiera atacarle con el cuchillo. Le dijo:
- Mel, Rey de la península de Narcis. ¡Este castillo es mío!
En ese momento, Mel levató la mirada, clavándole los ojos. Comenzó a levantarse y Fredo, que ya lo esperaba, cogió un espejo de cuerpo entero que se encotraba cerca de él. Cuando Mel empezó a correr en su dirección gritando - ¡QUE LE CORTEN LA CABEZA! - frenó en seco ante el espejo. Se miró y señalándose volvió a decir:
- ¡Que le corten la cabeza!. - Cogió el cuchillo y se la cortó.

No hay comentarios: