martes, 7 de mayo de 2013

Ele-mentales: Fuego 1/5


Dicen que resurge de las cenizas cuando pasa el tiempo y se encuentra la cura, que tan solo una chispa es suficiente para volver a notar su calor. En las noches frías, se necesita de su compañía, te hace ver en la oscuridad y ahuyenta de peligros.
Eso dicen.
El fuego, según mis ojos, es la llama cambiante que crece, sin forma ninguna y cuando quiere, le da la gana y le parece: desaparece.
Nunca he vuelto a fiarme de lo que dice, de sus formas, de lo que deja luego en humo. Si se descuida, arrasa con todo, se deja llevar, quema hasta la última lágrima y transforma todo en puro carbón.
El fuego ha sido conmigo la alegría por instantes vapóreos que ha durado más o menos tiempo, ha manchado lo que quedaba y por mucho que soplo y raspo tan solo queda carbón, oscuro, que tizna mi cara.
Prácticamente vacío cuando debería de volver a nacer. Arrasado una y otra vez un campo en el que ya no quedan semillas, culpa, en parte mia en parte de las manos incendiarias que dejaron a la suerte una hoguera encendida.
Fumo y me hago viejo, miro mi chimenea donde ni las ascuas ya afloran.
Tengo frío ya sea de noche, de dia o en los amaneceres.
Este sol ya no calienta.
Y el cuerpo lleno de quemaduras, cicatrices que dejan huella de por vida.


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