martes, 18 de diciembre de 2012

Del aire y del viento

El viento, ese gran enorme soñador que eleva los momentos, los deja pasar y se los lleva. Las manos arrastran deseos, se contonea al moverse con el silencio implícito de las palabras que se quedan, un poco menos de ayer sobre la montaña, un poco menos de lo que pudiera...
Entonces a solo un paso titilan las estrellas, en esta noche sombría llena de magia y deseo, sentado a la vera de una piedra y con sueños en las manos, dejo caer los momentos uno a uno, uno a uno y poco a poco.
Que con los pétalos de una flor en este solitario valle recorren separados de sus estambres el aire que sopla y susurra.
Que no queda nada y a la vez todo, mirando mi sombra a la luz de la luna llena.
Es una noche y el viento me sobrevuela. Solo un momento en algún lugar distante en el que el hombre y la tierra se convierten en un ser, solo uno: el pensamiento y la forma.
Y solo ahora surge la distancia en este mar etéreo de la realidad de los hechos, miles de dudas para una sola pregunta, mientras tanto:
es de noche y en este valle vacío surca el aire a sus anchas...

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