miércoles, 28 de enero de 2015

Yo ya no sé (con sinceridad)


Gracias por venir, sé que llevas demasiado tiempo ocupada con tus cosas y con tu vida. Que los días se te pasan demasiado rápido y que ya tienes tiempo para poco. Pero te echaba de menos y quería saber de ti. Echaba de menos esas conversaciones hasta la madrugada, las copas de sobremesa y la mirada alegre de que algo está pasando.
Echaba de menos esa sonrisa pícara, la complicidad, escuchar música que diga algo, pasar las horas haciendo nada y que el roce de la piel sea tan intenso como el choque de las olas en un acantilado.
Sí, echaba de menos vivir sin armadura, el tener la sensación de no estar perdiendo el tiempo. Estaba harta de cansarme y volver a empezar. Y volver a empezar....
Porque yo me equivoco, me equivoco tanto como otro cualquiera. Como tú, como yo, como aquél sentado en la barra que parece lo que no es. Estoy seguro.
Pienso que he ganado en experiencia y he perdido en confianza, pienso que ya no sé a qué atenerme ni qué esperar pero solo me quedan las palabras y unos pocos sentimientos.
Tenía miedo de que aparecieras, tanto como el que no lo hicieras, tanto como que te vayas y no vuelvas.
La desgracia de la vida es esta, bloquear un sentimiento que creías perdido y que aflora cuando una mirada te clava los ojos, te cruza la columna vertebral con un escalofrío intenso
Yo quería enamorarme y puede que lo esté haciendo solo un poco. O puede que no. Porque yo ya no sé, solo sé que te echaba de menos, sentir esta mierda que todo el mundo siente tan temprano y que creía haber perdido.

Yo solo quería un plácido mar
y encontré un océano entero.
Déjame nadar
lo demás...
yo ya no sé.

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