Como si la historia tuviera el final predicho
da vueltas y vueltas a sí misma como una rueda.
Y la verá llorar porque se equivocó, como siempre
y la verá sonreír, como si fuera la última vez.
Maldiciones, maldiciones hechas para sufrirlas de por vida
y ya, ¿pa ' qué tanta sorpresa?
Y lo ve venir, muy de lejos
pareciendo ya tan grande....
¡Ay!
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