domingo, 12 de agosto de 2012

RE-L

Somos presos de una idea ajena. Nuestras vivencias, nuestros hechos, decisiones y, en definitiva, la razón de ser de uno mismo no viene determinada desde el ser en sí, sino de un continuum temporal en el que las ideas y costumbres han sido extraídas de otros, y a la vez de otros más antigüos. Eso no significa que hubieran variaciones, también existe la rebeldía ante la norma que, aún así, seguiría convirtiéndose en otra norma, distinta a la anterior pero al fin y al cabo algo que ata al ser humano al ser o no ser.
Somos un conglomerado de decisiones propias y ajenas de normas y leyes que se contradicen para volver a ser las mismas que antes en un origen: el pudor, la vergüenza... ¿realmente existieron en un origen o, simplemente se fueron creando conforme a la evolución social?, creo que más bien lo segundo, dudo mucho que nuestros ancestros vistieran polipiel para sentirse más guapos.
Cuando aún éramos animales, éramos más libres que ahora ya que nos hemos ido aprisionando nosotros mismos conforme la sociedad avanzaba.
¿quién compara a un mono con un humano? ¿quién encierra al animal, y quién se encierra a sí mismo en un laberinto de normas sociales y protocolos? ¿realmente es lo que nos diferencia del animal, todo ese número de leyes que hemos creado y creido para regular el gran monstruo en el que se ha convertido la masa social?
También es cierto que pienso que una anarquía sería imposible si no quisiéramos volver al árbol ¿quién sería el primero en proclamarse jefe? ¿y en sacar un arma para demostrarlo?
¿Dónde está la delgada línea entre la libertad y la esclavitud?

No hay comentarios: