domingo, 6 de marzo de 2011

Despertando


Le llaman "El dulce despertar"
cuando acontecen pesadillas en los sueños,
porque el sabor de la mañana,
la luz en la vantana
y el olor a rocío
muestran que todo ha sido solo y únicamente
una mala pasada.

Pues dejadme, amigos míos, que os diga
que este despertar es amargo
como una naranja podrida
cuando ni muertos, ni medio vivos
ni situaciones imposibles y figuras inverosímiles
son existentes a la hora de abrir los ojos.

A veces, prefiero correr sin moverme
y gritar sin emitir sonido
que abrir los ojos y ver
que no hay más ley que la impuesta
y no hay más realidad que la única.

Malos días, señores.

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